Las personas que sufren fobia a conducir, son personas que han conducido durante mucho tiempo, en la mayoría de ocasiones disfrutando y desplazándose por todo tipo de vías y lugares. A través de miles de horas de práctica al volante han automatizado, perfectamente, todo el complejo proceso de conducir un vehículo y lo saben hacer inconscientemente, con mucha facilidad y sencillez.
En la mayoría de casos el inicio del problema fóbico, se da a partir de un primer ataque de ansiedad que la persona sufre, circulando por una vía rápida, y allí empieza esta “pesadilla”.
Desde este primer momento, la persona empieza a construir un proceso de evitación, por miedo a que este ataque de ansiedad vuelva a repetirse. Gradualmente van limitando más su movilidad, dejando de transitar por autopistas y autovías, pero continúan conduciendo, perfectamente, por zonas urbanas y ciertos recorridos concretos.
En muchas ocasiones, al intentar volver a exponerse a esa situación, sin las herramientas necesarias, ven cumplido ese miedo y les vuelve a pasar. Siendo este ataque fóbico cada vez más fuerte, más desagradable y más limitante.
Una fobia, por definición, es un miedo irracional. Estas personas no comprenden por qué les está sucediendo, lo que están sintiendo. Su cuerpo se descontrola, solo pensar que tienen que entrar dentro de una de esas vías temidas. De repente no pueden circular por estos lugares, que durante años habían transitado con normalidad, y ahora solo desean salir o parar.